
Hijos de Sedna es un libro muy peculiar, escrito por un total de catorce autores y publicado por Prosa Inmortal en colaboración con la revista Episkaia. Está editado en tapa blanda y contiene 200 páginas. Está construido por pequeñas historias conclusivas, que no hacen otra cosa que construir poco a poco un mundo único y muy peculiar de índole futurista. La edición incluye una hoja con un prefacio para los lectores, además de una maravillosa ilustración de Adara Sánchez del mapa de Sedna, y una maquetación muy peculiar.
La Tierra se ha convertido en un planeta donde la vida ya no es tan cómoda, por eso mismo, cuando se descubrió que en la órbita de la estrella Saranik había un planeta habitable, mandaron a una nave con tripulación en estasis preparada para colonizar el planeta con su llegada. Nuestro primer relato, Piloto, narra el momento en el que la nave aterriza, de forma trágica y heroica en la superficie del planeta.
Susana Arroyo en el capítulo Apuntes de lingüística histórica sobre el Neoginebrino usa como recurso de narración un ensayo de lingüística, con el que además de formalizar un método de comunicación que dignifique la sociedad, hace una reflexión lingüística muy profesional y realista del porvenir de los idiomas, con el extra de explicar la historia socio-cultural de Sedna. También destaca como método de narración poco habitual, el capítulo Tema 5 que dura a penas 4 páginas, en las que dos páginas es un examen y las otras dos las respuestas, consigue introducirnos en el sistema institucional de una forma totalmente inesperada.
El problema de la respiración de John Tones, en el que vemos como conjetura con la solución al problema pulmonar de los humanos en su nueva colonia. Todo el libro se compone de un tono crítico, tratan temas muy dispersos, pero todos muy fácilmente transportados a problemas actuales. Ya sea construyendo la mitología de Seda, o hablando de una estrella del Daftball con implantes cibernéticos, hay una crítica social con un paralelismo evidente. Y en crítica social, creo que la historia de Marta Carmona se lleva el premio.
Antonio Castaño ha tenido la grandeza de contestarnos a algunas preguntas sobre el comienzo del proyecto que llegó a ser este libro. Así nos ha relatado que su motivación inicial era la de presentar un planeta ficticio y usar informes científicos intercalados con los relatos (el nombre fue elegido de la mitología inuit, sin saber por entonces que existía ya un cuerpo celeste con el nombre). Con esta idea, Antonio nos dice que Francisco Serrano, el editor de Prosa Inmortal, y el mismo se pusieron a trabajar. Una vez más construido, decidieron introducir a los demás autores de las dos editoriales, Episkaia y Prosa. El trabajo final contó con más texto periodístico y falso ensayo académico que texto científico, pero cree que el cambio ha ido a mejor.
Hijos de Sedna es un prisma de historias muy complejo y bien estructurado, pero tan fácil de leer y sorprendente que da miedo. Son historias tan distintas, tan narrativamente dispares, pero todas construyen un mismo mundo, crean poco a poco todas las reglas que son necesarias para entender en su totalidad esa sociedad. Ingenioso y atrevido, creo que Antonio Castaño ha demostrado que sabe lo que hace, así como el resto de artistas merecen ser aplaudidos por su sorprendente trabajo. Echadle un vistazo a este trabajo, espero que lo disfrutéis tanto como yo al hacerlo.
Carlos Gullón
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